Ahora un año después me siento más curtido de acontecimientos que de mar, sigo con las mismas ilusiones aunque las circunstancias vayan exigido renovaciones y nuevos proyectos a la vista, adaptaciones que se van produciendo según se desarrolla el guión de la vida caribeña
Por el camino ha habido alegrías, algunos disgustos, nuevas experiencias y alguna que otra decepción, pero siempre desde el punto de vista positivo que me están enriquecido como persona y como marino.
Reconozco que no soy el mismo que un año atrás, no porque sea un año más “viejo”. La vida, vivida al ciento por ciento, tal como la concibo en estos momentos, no da lugar a medianías ni ambigüedades, se es y se vive al día, casi sin saber como se desarrollará la siguiente etapa, aunque a veces te tomes un respiro de relax en cualquier paraje con encanto o el mal tiempo te retenga excesivamente en un lugar poco acogedor.
Sigo manteniendo, que mi proyecto, cuando lo planeé, no era simplemente un viaje, era una nueva forma de vida y como tal tendría modificaciones.
La principal ya se está dando; el Caribe me gusta, así que el Pacífico con toda su aureola y lo que representa, tendrá que esperar, prefiero ir completando etapas tanto de navegación como de mi vida.
El cambio que se ha producido en este año de libertad, ha sido demasiado brutal como para no tomármelo con calma.

Angel Viana.
Y seguiremos contigo. Lo importante es el fondo y no precisamente el "submarino".
ResponderEliminarUn abrzo
Edu
La vida es un presente constante, ahí está todo su valor.
ResponderEliminarCuando nos habla la mar no podemos obviarla, en cierto modo se apodera de nosotros.
ResponderEliminar