jueves, 22 de abril de 2010

SINGLADURAS POR MI MENTE

Deshaies sigue siendo el pueblito turístico, que encontramos a nuestro paso por aquí hace ya dos meses, perdido en un rincón, al norte del ala izquierda de mariposa, que representa la orografía de Guadalupe.
No es muy significativo su atractivo, aunque para mi tiene el suficiente, como para decidir detenerme un par de días fondeado en su bahía.
En mi viaje no busco sensaciones nuevas, ni colecciono visitas turísticas a lugares inéditos, no me importa repetir, una y mil veces el mismo fondeadero, donde por razones, a veces insólitas me siento a gusto.
Esto es lo que me sucede con el pequeño archipiélago de Les Saintes, al otro lado de la isla, justo al sur. No puedo definir con precisión que me atrae de ese grupúsculo de islitas, pero cuando he largado el ancla en medio de la bahía del Bourg, una agradable sensación de bienestar ha recorrido todo mi ser, acrecentado por la circunstancia de que son muy pocos los barcos fondeados.
No tener prisa alguna, me da ese plus de libertad, para apreciar desde un punto de vista más racional, lo que verdaderamente siento.

Es poco el tiempo que todavía llevo viviendo en solitario a bordo, sin contar los meses que pasé en Galicia, pero no veo que sea tan diferente a cuando lo hacemos en una vivienda, las ventajas e inconvenientes son los propios del medio y para alguien volcado por y para el mar, como yo, las ventajas son muchas y los inconvenientes, perfectamente asumibles.
Aún es temprano para valorar cambios significativos en mis apreciaciones y análisis de este tipo de vida, con el tiempo a través de mis escritos, espero sacar algo en claro de esas apreciaciones.
Conozco de sobra la sensación de alejamiento (no la voy a llamar soledad, que esa palabra pudiera tener otras connotaciones) de mis pasados viajes laborales a muchos lugares del planeta, con la salvedad de que más o menos eran periodos finitos, no como ahora que mi propia persona definirá cuando se produzca el momento del regreso, si es que se produce.
La principal ventaja de este tipo de vida, a nivel personal, es que interiorizas tus emociones, obvias lo superfluo, dejando de lado actitudes más o menos dirigidas hacia lo que es socialmente correcto, donde te has educado y han dirigido, en cierto modo, tu evolución.
Por contra, el principal inconveniente que encuentro, no es de tipo personal, es simplemente burocrático, tener que rellenar papeles, cada vez que entras o sales de una isla, puede parecer una nimiedad, pero me siento coartado por la imposición de tener que programar, en cierto modo, cuando deseas desplegar velas y volar libre, pero que le vamos a hacer, como he dicho en algún otro momento, también llegamos tarde al último reducto de libertad del planeta, que siempre ha sido el ancho mar.

1 comentario:

  1. Muy interesantes las apreciaciones que haces. Sobre todo dejarlas por escrito, para, como bien dices, analizarlas pasado el tiempo y ver nuestra evolución personal. ¿Llegamos tarde? No, creo que no. Pero hay que buscar. De eso se trata. Cuando llegues te darás cuenta. Y no lo cuentes.

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