miércoles, 1 de septiembre de 2010

EL VERANO AVANZA Y MI VIDA TAMBIÉN

Y el tiempo discurre con parsimonia en este ínterin entre disfrute y disfrute de mi particular paraíso en Los Roques.
Hace ya días que regresé a Puerto la Cruz, solo la varada del Bahía para realizar los trabajos de pintura, ya concertados anteriormente, era una fecha que tenía obligación de cumplir.


Casi una semana en tierra se me ha hecho eterna, aparte del calor, la inactividad me incomoda, aunque ya no me desquicia tanto como en el pasado.
El pobre Rufino es quien peor lo pasa, no encuentra un rincón donde meterse que le libre del calor, pero ya le digo - hay que aguantarse, hermano – no se si me entiende, pero pienso que echa de menos, tanto como yo, los baños en las limpias aguas de Roques.


A Bahía Redonda han llegado bastantes más barcos que hace dos meses, cuando arribamos nosotros, incluso se han organizado actividades diarias, en las que mis amigos Jose y Virginia participan activamente, pero yo no soy tan sociable como ellos, no estoy aquí para que me programen horarios y me organicen el tiempo, aunque no rechazo una conversación o una superficial amistad con algún navegante de un barco vecino y mucho menos hacer cualquier favor que esté en mi mano.



Tengo claro que soy menos dicharachero que en tiempos pasados,
cuando me he pasado media vida en muy diferentes tipos de sociedades, conociendo gente, cultivando amistades, mi agenda es muy larga, pero al final, cuando haces balance ¿quienes están ahí? Pues los de siempre, amigos y amigas consolidados por un sin fin de acontecimientos, cuando el tiempo ha hecho sedimento y enraízan los sentimientos.
Por eso cada vez me interesan menos las amistadas de paso, como digo, no las rehuyo, pero tampoco me esfuerzo lo más mínimo en buscarlas.



A veces me paro a pensar, que la nueva vida, en la que estoy inmerso, ya camino de dos años, me está cambiado mucho; me decía una buena amiga mía que me estaba viendo crecer internamente y quizás tenga razón, voy poco a poco en la dirección que a lo largo de mi vida anterior al cambio, no me había dado tiempo a explorar, el sendero de mi interior.
Ese examen, fruto de largas jornadas solitarias, me hace interiorizar, argumentando preguntas que hace unos pocos años jamás se me hubieran ocurrido plantearlas
Pero estoy un poco molesto, porque de momento no alcanzo respuestas adecuadas o todavía no se descifrarlas, pero he aprendido a ser paciente y se que todo llegará a su debido tiempo.



Alguien me decía, no hace mucho; cuando exploras tus más íntimos pensamientos, tus archivos mejor guardados, quizás llegues a la conclusión que se necesita una reconstrucción de la propia persona, para adecuarse a los nuevos tiempos.
Tengo claro que en mi caso, no creo que tenga necesidades de reconstrucción, por mucho que ponga patas arriba mi interior, porque soy producto de mi propia arquitectura, sintiéndome orgulloso de haber alcanzado la meta para ser feliz y lo soy. ¿Pero ahora que? Esa es la cuestión ¿que hay detrás de todo esto? ¿Hay otro tipo de objetivos que todavía no alcanzo a entender? o ¿el objetivo es el propio camino?
El tiempo, espero, dará respuestas....

Angel Viana

4 comentarios:

  1. Me parece que el calor te está derritiendo la sesera. Igual la ruta a seguir es el paso del Noroeste...como la vida misma, amigo. Lo grande es que lo compartes, pero las respuestas están en ti mismo. Son las eternas preguntas del Navegante Solitario, desde Slocum hasta Moittesier. La Mar te enseñará el camino.
    Un abrazo, compañero.

    ResponderEliminar
  2. Si, querido amigo, si, las respuestas están en mi, siempre han estado en mi, pero a diferencia con los grandes gurús, es que yo solo soy humilde navegante solitario circunstancial, ávido de encontrar mis propias respuestas, que unos ya encontraron y otros las siguen buscando.
    Tranqui, que la seserá sigue muy bien en su sitio, lo único que derrite el calor, es la Sika de la cubierta, jejeje

    ResponderEliminar
  3. Es bueno plantearse interrogantes personales. Siempre he odiado a quienes están muy seguros de sí mismos. La vida es una búsqueda y si no dudamos y nos investigamos, no crecemos.Suerte en tu travesía por el mar interior. Te acompaño con un abrazo.
    Jorge

    ResponderEliminar
  4. Jopééé, Angel, me dejas asombrado con esas palabras, está claro que las circunstacias, el entorno, los ratos de soledad, el conocer nuevas formas de vivir y sentir la vida, no creo que nos cambie, si no que nos descubre una parte de nosotros que en el estrés diario de nuestra sociedad nos niega su revelación, creo amigo mio, que estás creciendo, y no en tamaño, tu ya me entiendes,estás viviendo la aventura de descrubirte a ti mismo, y eso, seguro que es bueno.
    Un abrazo muy grande
    Jordi

    ResponderEliminar